lunes, 23 de enero de 2012

- 12 ANGLE STONE

File:CuscoPiedra12angulo.jpg




Hatunrumiyoc – Great Stone
This building, found on the street typically taken by tourists up to the modern district of San Blas and its bars, is from this time in Inca history. What it’s real name is no-one knows. The street is called Hatun Rumiyoc, a name given to it in much more recent times that in Quechua means big stone, supposedly referring to the famous 12-angle stone found in the wall half way up the street. This Inca building, which contains this stone, is in turn named after the street that is named after the stone. If the people of Cusco at the time of the conquest knew what the building’s name was, or who for sure built it, they unfortunately didn’t tell or were not asked by any Spanish chronicler.

Colonial rebuilding attempts

Colonial rebuilding attempts

So it is said, based on common opinion, that the building was the palace of Inca Roca, the sixth Sapa Inca who ruled sometime around 1350. But the Qoraqora, another building that is located on the plaza, is also said to be his palace. Perhaps they both were, or perhaps the Hatunrumiyoc was Sinchi Roca’s palace 100 to 150 years before. There’s no way to be sure who built it and when, and like the Incas, we have taken to inventing history for our own purposes. Maybe, contradicting the modern “inventions” of those academics who try to make sense these things today, one of the more fabulous local tales is true. One states that Inca Roca only rebuilt the structure, which had been in ruins for a unknown period of time, from the existing bricks he found scattered around. Who knows?

By Martin Chambi

By Martin Chambi

What we do know about Hatunrumiyoc is that it is exquisitely constructed, reaching the same perfection of many other Inca structures. There were two main building styles used in Inca architecture, aligned rectangular bricks and complex jigsaw-like polygonal bricks like those used here and in Sacsayhuamán. Although the walls of polygonal bricks look more complex, perhaps they were easier to carve and set, mostly left in the natural shape in which they were found? (The Incas didn’t quarry stone, they collected from landslides) Regardless, it is this building style the allowed Inca architects get away with some really cool tricks.


Water engineer Ken Wright estimates that 60 percent of the Inca construction effort was underground. The Inca built their cities with locally available materials, usually including limestoneor granite. To cut these hard rocks the Inca used stone, bronze or copper tools, usually splitting the stones along the natural fracture lines. Without the wheel the stones were rolled up wood beams on earth ramps. Extraordinary manpower would have been necessary. Hyslop comments that the “ ‘secret’ to the production of fine Inca masonry…was the social organization necessary to maintain the great numbers of people creating such energy-consuming monuments.”

Usually the walls of Incan buildings were slightly inclined inside and the corners were rounded. This, in combination with masonry thoroughness, led Incan buildings to have a peerless seismic resistance thanks to high static and dynamic steadiness, absence of resonant frequencies andstress concentration points. During an earthquake with a small or moderate magnitude, masonry was stable, and during a strong earthquake stone blocks were “ dancing ” near their normal positions and lay down exactly in right order after an earthquake.

Another building method was called “pillow-faced” architecture. Pillow faced building was achieved by using fired adobe bricks and mud mortar. The Incas would then sand large, finely shaped stones coated in mud and clay. Then they would fit the bricks and stones together using the mud mortar into jigsaw like patterns. Pillow-faced architecture was typically used for temples and royal places like Machu Picchu.


  • (Spanish) Vergara, Teresa. “Arte y Cultura del Tahuantinsuyo”. Historia del Peru. Editorial Lexus, 2000. ISBN 9972-625-35-4
  • (Spanish) Agurto, Santiago. Estudios acerca de la construcción, arquitectura y planeamiento incas. Lima: Cámara Peruana de la Construcción, 1987.
  • Gasparini, Graziano

sábado, 21 de enero de 2012

- CARAL: LA CIUDAD ANTIGUA





La arqueóloga peruana Ruth Shady, quien dirigió las investigaciones en el sitio arqueológico de Caral, unos 200 kilómetros al norte de Lima, aseguró que esta ciudadela "es de lejos la más antigua de América" y rompe la concepción que se tenía hasta hoy de los más antiguos centros urbanos en el mundo. La ciudad fue descubierta en 1905 pero la ausencia de cerámica, y otros datos que faltaban, no permitieron que los arquéologos se dieran cuenta de la antigüedad de este sitio.
"No hay en América otro sitio que tenga similares características sino hasta 1000 ó 1500 años después", manifestó Shady, quien estudió desde 1996 los restos arqueológicos del valle costero de Caral, en el centro norte del Perú.

Shady señaló que hace años ya se manejaba la hipótesis de que Caral era la ciudad más antigua de América, pero no fue comprobado hasta que se tuvieron los resultados de las pruebas del radio carbono (carbono 14) en restos de fibra recuperados en varias zonas del lugar.

"Esos resultados nos permiten afirmar que esta ciudad fue construida por una sociedad con una organización sociopolítica de nivel ya estatal, que controlaba la productividad de un área mucho mayor que la del valle de Supe (al norte de Lima), y que había construido asentamientos de tipo urbano a lo largo de este valle", señaló.

Según las pruebas científicas, Caral tiene una antigüedad promedio entre 2.627 y 2.100 años antes de Cristo aproximadamente y dijo que en el resto de América "el desarrollo urbano comienza 1.550 años después que en Perú".

Shady señaló que Caral, donde fueron halladas pirámides de más de 150 metros de planta, muros de hasta 20 metros de elevación y grandes plataformas de piedra, "habría tenido entre 500 y 600 años de ocupación".

La arqueóloga añadió que "en honor a la verdad" fue un equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), decana de América, el que estudió primero la zona y determinó que se trataba de la ciudad más antigua del continente.

En este sentido enfatizó que el antropólogo del Field Museum de Chicago (EEUU) Jonathan Haas y Winifer Krammer, de la Universidad de Illinois, sólo contribuyeron con un aporte económico para poder realizar doce de las pruebas de carbono, ya que el resto fueron pagadas por Betty Meggers del Smithsonian Institution.

"Haas y Krammer vinieron a Caral y han colaborado para obtener las muestras que se enviaron (a EEUU) para la datación y estamos coordinando la posibilidad de un trabajo conjunto en el futuro para profundizar los estudios sobre la sociedad y cultura de Supe", indicó.

La también directora del Museo Arqueológico de la UNMSM mantuvo que Caral rompe "todos los esquemas" que tenían los arqueólogos respecto a que las civilizaciones complejas sólo pueden florecer en un período en el que exista la cerámica.

"A diferencia de otros sitios del período arcaico lo importante de Caral es que es monumental, por eso nadie creía que era del pre-cerámico", manifestó.

Caral, explicó Shady, tiene más de 65 hectáreas de extensión y desde 1996 los arqueólogos peruanos iniciaron las excavaciones de las 32 estructuras piramidales.

"Hemos excavado hasta la fecha tres estructuras piramidales de diferente rango, extensión o tamaño y estamos excavando cuatro sectores residenciales, diferenciados por su ubicación, por su tamaño y la calidad del material constructivo", señaló.

Caral, precisó, tuvo a diferencia de las sociedades agrícolas de su época una economía mixta que se sustentaba en actividades agrícolas y pesqueras, sus habitantes consumieron grandes cantidades de anchoveta y hubo un intenso comercio del algodón.

"En Caral se han encontrado productos de la sierra y de la selva", lo que demuestra que hubo un "intercambio sostenido a pesar de las dificultades para la comunicación en un territorio como el área del norte centro atravesado por la Cordillera de Los Andes", señaló Shady.

"Era una sociedad con una organización muy compleja para su época. Ha tenido un desarrollo precoz más avanzado que su vecinas del territorio americano", afirmó. En Caral fueron hallados hace algunos años los restos de un niño de algo más de un año, del 2.300 antes de Cristo, que fue sacrificado y enterrado antes de construir un sitio residencial. También se encontraron, en una de dos tumbas saqueadas, restos de cabellera cortada, que se exhiben hoy en el Museo Arqueológico que posee la Universidad San Marcos, en el centro de Lima.

Shady explicó que aún hay que establecer cómo fue la jerarquía de estos centros urbanos, qué tipo de estructura social permitió su organización.


TURISMO

El día 2 de noviembre de cada año se realiza una visita guiada a la Ciudad Sagrada de Caral; los visitantes podrán apreciar las impresionantes edificaciones monumentales como la Pirámide Mayor, el templo del Anfiteatro, Pirámide de la Galería, Pirámide de la Cantera, Pirámide de la Huaca, Pirámide Menor y el Templo del Altar Circular además, de los distintos sectores residenciales.



Las excavaciones efectuadas permiten mostrar las expresiones culturales del proceso civilizatorio de la sociedad de Supe que data entre 5 000 y 4 000 años al presente; sociedad contemporánea con la egipcia en el período de construcción de las pirámides de Giza y con la de Mesopotamia durante el auge de las ciudades sumerias.

La sociedad de Supe avanzó en conocimientos y en organización social, adelantándose a otras sociedades del continente americano en, por lo menos, 1 500 años.

Caral se encuentra en el valle de Supe a la altura del kilómetro 182, al norte de Lima y a 23 km de la carretera Panamericana.